La recolección de ropa de abrigo para los trabajadores del campo es un éxito 

Marina Reyna, Katey Morgan, Geraldine Boykin, and Dianne Vidalez fold and sort donated sweatshirts at the Adrian Super Laundromat on April 13. (Photo by Erik Gable)
Marina Reyna, Katey Morgan, Geraldine Boykin y Dianne Vidalez doblan y clasifican sudaderas donadas en Adrian Super Laundromat el 13 de abril.

ADRIAN — Cuando Pete Vargas hizo un llamado a la gente para que donara ropa de abrigo para los trabajadores agrícolas migrantes, su objetivo era recolectar 300 sudaderas con y sin capucha para los cientos de personas que trabajan cosechando cultivos en las granjas del Condado de Lenawee cada temporada. 

Al final, se donaron más de 1,000 artículos. 

El esfuerzo comenzó con una simple publicación en Facebook, y no pasó mucho tiempo para que las ofertas de ayuda comenzarán a llegar. Vince Inclan, propietario de La Barberia, “My Cousin Vinny’s Barbershop”, ofreció sus negocios en Adrian y Saline como lugares de entrega. Y la gente empezó a donar, no sólo del Condado de Lenawee, sino también de Saline, Ann Arbor y hasta Detroit y Lansing. 

Se recolectó ropa tanto para hombres como para mujeres. Vargas dijo que alrededor de una cuarta parte de los trabajadores agrícolas migrantes del Condado de Lenawee son mujeres. 

Además de las sudaderas con y sin capucha, Vargas dijo que se donaron muchas cobijas, así como algo de ropa de mujer que se distribuirá en una feria de salud para migrantes a finales de esta primavera. 

Los trabajadores son contratados por granjas de la zona, que gestionan visas H-2A que les permiten venir a Estados Unidos estacionalmente. La mayoría de los trabajadores provienen de países más cálidos y muchos no tienen ropa lo suficientemente cálida para estar cómodos en Michigan. 

Vargas dijo que el objetivo del proyecto es brindar comodidad y dignidad a los trabajadores que desempeñan un papel vital en nuestro sistema alimentario. 

El 13 de abril, un grupo de voluntarios se reunió en La Lavandería, “Adrian Super Laundromat” ubicada en la calle South Winter para lavar, secar y doblar toda la ropa donada. La gente donó detergente, suavizante de telas, rollos de monedas de veinticinco centavos y, por supuesto, tiempo.  

Terminaron justo a tiempo para que esa misma noche algunas de las sudaderas salieran para ser entregadas a un grupo de unos 20 trabajadores que acababan de llegar. 

Aunque Vargas se sorprendió de haber superado tanto la meta, dijo que no le sorprendió que personas del Condado de Lenawee se presentaran para ayudar. 

Dijo que en tiempos de incertidumbre, de lo único de lo que podemos estar seguros es que, cuando es necesario, los residentes del Condado de Lenawee se hacen presentes para ayudar a su comunidad.

— Traducido por Lizbeth Perez-Cazares

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